martes, 24 de noviembre de 2015

Los fascioseparatistas de ERC, según Camacho (501)

Acto de homenaje de las JERC a Terra Lliure, una banda terrorista que cometió varios asesinatos y numerosos atentados. Al pie de la imagen, una serie de banderas de partidos nacionalistas radicales y similares, junto a las de varios estados con dictaduras comunistas. En pocas palabras: La crem de la crem de la escoria política.

Ignacio Camacho, igual que yo —o por mejor decir: yo, tratando de expresarme igual que él (pongamos delante al maestro)—, siente una especial repulsión hacia Esquerra Republicana de Catalunya, ese conglomerado fascioseparatista (fascista+separatista) y filoterrorista que un calamitoso día asaltó el poder de la Generalidad catalana, con intención de quedarse y sin contar con mérito alguno ni votos suficientes para ello. Lo hizo, sucesivamente, con el exclusivo apoyo de dos tipos a cual más despreciable políticamente hablando: Los socialistas Maragall y Montilla, ambos deseosos de ascender a la máxima poltrona del “Palau” y ambos, por lo tanto, dispuestos a pagarle a los palurdos radicales de ERC el precio que pidiesen. ¡Y vaya si lo han ido cobrando!


Camacho no lo dice, pero ya lo digo yo: Estoy convencido de que Maragall y Montilla pasarán a la historia como dos verdaderos desaprensivos que entregaron lo mejor de Cataluña (la educación y la cultura de nuestros hijos), por cesión directa o dejación, a unas verdaderas parásitos políticos que además se despedazan entre ellos y rivalizan en radicalidad y atropello hacia una buena parte de los catalanes. Tales serían los casos de Carod y Puigcercós (más tarde de Junqueras), entre otros payasos asaltapiscinas y tuneadores de coches, como ese jardinero medio analfabeto, Ernest Benach, que al grito de: ¡todo gratis, que paga el pueblo!, le metió un montón de extras a su coche oficial, todo un Audi A-8, usado como presidente del "Parlament", cargo en el que permaneció chupando del bote nada menos que siete años y con el único mérito político de pertenecer a ERC, cargo por el que al cesar siguió otros cuatro años cobrando a razón de 90.000 euros anuales. ¿Espanya ens roba, sabandijas?

En uno de sus brillantes artículos, titulado “Cordón sanitario”, dice Ignacio Camacho de los anormales de ERC:

“TIENE razón Puigcercós: para hablar de ERC hay que protegerse con un cordón —con erre, no es errata— sanitario. Más que nada por no contaminarse de la miseria moral que impregna la atmósfera política alrededor de estos independentistas-caviar tan aficionados a la limpieza étnica del disidente. Salpican ruindad, y no hablo del coche tuneado o de ese trinquecillo de dietas que parece haberles escocido; hablo del café de Carod Rovira con Josu Ternera, por el que en Estados Unidos le habrían acusado de alta traición ante un Gran Jurado; hablo de las algaradas fascistas contra dirigentes del PP; hablo de las noches de cristales rotos y efigies quemadas en hogueras de odio; hablo del acoso a medios y periodistas incluso de su propia cuerda; hablo de altos funcionarios pringados con aceite de extorsión —a alguno de los cuales han colocado... ¡en la oficina antifraude!—; hablo del campo de concentración lingüístico contra los padres castellanohablantes, hablo del desprecio arrogante y estúpido a los diferentes, sean camareros inmigrantes —¿verdad, Carod?— o jornaleros extremeños. Hablo de xenofobia mezquina, de una enajenación filonazi, de un delirio de intolerancia y exclusión. Trae para acá el cordón, Puigcercós, que me lo pongo yo, y añade de paso una mascarilla que preserve del hedor de toda esa basura”.

El resto del artículo, igualmente sin desperdicio alguno, pueden leerlo en este enlace al diario ABC

Artículo revisado, insertado el 1 de noviembre de 2008 en Batiburrillo de Red Liberal

2 comentarios:

  1. Anónimo21:17


    Son tan basura que hasta leer el artículo produce repugnancia. Tal vez los de bildu o como se llamen, puedan igualarse en miseria, pero habría que mirarlo bien.

    Pacococo

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Comentarios moderados.