domingo, 16 de agosto de 2015

La España plural y federal

España, más 17 Comunidades autónomas, más 2 ciudades autónomas. Total, 20 banderas. Francamente y sin ánimo de ofender, a 19 de ellas las mandaría a exhibirse en "su pueblo". 

¿De dónde arranca la idea de reformar la Constitución española para convertir a nuestra patria, un reino unitario desde hace siglos, en un Estado federal? El concepto es bastante antiguo, ya la Primera República redactó una Constitución federal que no llegó a aprobarse como consecuencia del brote de cantonalismo y la subsiguiente dimisión de más de un presidente republicano. Después resurgió tibiamente en la Segunda República, pero los intentos de golpes de Estado de la izquierda socialista y ERC paralizaron la idea. Luego vino la etapa franquista y la Transición, hasta que un pájaro de cuenta —casualmente socialista, ¡qué raro!— volvió a destapar el frasco del federalismo. Veamos que se decía en noviembre de 2004:

Cuando uno mira en las fotos a Maragall advierte enseguida que sólo es posible descubrirle dos tipos de gestos: 1) O está sonriente, señal de que acaba de lanzar su impertinencia de turno, su bravuconada. 2) O bien tiene la facción adusta, lo que indica que a esa impertinencia se le ha contestado desde la oposición del PP —puesto que no hay nadie más que desee objetivos distintos a los suyos—, o desde las filas de su propio partido, donde por lo común resopla el socialista Ibarra desde su cortijo extremeño mientras que ZP calla como un muerto.


Libertad Digital, vía EFE, nos informa del enésimo encuentro de Maragall con los redactores del Periódico de Catalunya, ese diario jacobino y tergiversador que mantiene como primera figura de sus dominicales al President catalán, quien a su vez, sin pudor alguno, comprueba que no tiene más que tocar la campanilla de sobremesa para que el director, un tal Franco el grasiento, acuda servicial al Palau y ponga ocho o diez páginas a disposición de los disparates y calenturas de don Pasquale.

En la última entrega de esta historia interminable de despropósitos nacionalistas, Maragall nos ilustra hoy con una afirmación: "En Madrid, no hablo de España, ni de otros sitios, hablo de Madrid, cuesta entender que los cambios no son contra España, sino a favor de la España plural". Y uno, que aunque no sea de Madrid tiene tan pocas entendedoras como los de allí, se pregunta: ¿Qué es la España plural? ¿Cómo se definiría la España plural? ¿No sería mejor concretar primero la idea de España plural y luego proponerle a los ciudadanos si la quieren?

Como si hubiese escuchado mis preguntas, Maragall “pone como ejemplo el ‘modelo federalista alemán’, donde uno de los "landers" es el Estado libre de Baviera, al que compara con Cataluña”. No sé en qué se parecerá Baviera a Cataluña. Si observamos su población, extensión territorial o riqueza, Baviera es más del doble en todo que Cataluña. Además, Baviera tiene historia como estado independiente, algo que le falta a Cataluña. En fin, lo que parece bastante claro es que Maragall, como buen socialfascista que es, confunde la realidad con sus deseos y no es que diga que Cataluña y Baviera son iguales, que en realidad así lo da a entender, sino que le gustaría que fuesen iguales.

Pero esas afirmaciones son cantos de sirena para los bobos y los previamente convencidos, porque los gobiernos de los estados en Alemania si bien cuentan con amplios poderes, como capacidad para recaudar algunos impuestos (igual que en Cataluña, o si no de qué la parte autonómica del IRPF, el IVA, las tasas al combustible, o la turística, etc.), elaborar las políticas educativas y culturales (igual que en Cataluña, o si no de qué la inmersión lingüística y ese aberrante adoctrinamiento a tres generaciones de catalanes), y mantener un cuerpo de policía (igual que en Cataluña, o si no de qué los Mossos d’Escuadra). Cada estado dispone de una asamblea electa elegida por sufragio, que elige a un ministro-presidente (igual que en Cataluña, o si no de qué el Parlament y de qué el President).

Naturalmente, lo que Maragall no dice es que aun cuando los gobiernos de los estados federados alemanes controlan la educación, un sistema muy severo de coordinación nacional (que en España correspondería a la Alta Inspección del Estado) asegura que los requisitos escolares sean los mismos en todo el país (algo que en Cataluña no sucede desde hace muchos años). De modo que en Alemania es impensable un período de adoctrinamiento nacionalista contra la unidad alemana en cualquiera de sus landers, sobre todo en Baviera, mientras que en Cataluña no se ha hecho otra cosa que adoctrinar desde el 78 en adelante, cuando se transfirió la educación y comenzó a crearse la anti España y el fet diferencial.

Por otra parte, ese mismo Maragall que pretende introducir en el nuevo Estatuto catalán que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña sea la última instancia para los ciudadanos de su comunidad, ignora expresamente que en Alemania funcionan varios tribunales federales de garantías: El tribunal superior según la Ley Fundamental es el Bundesverfassungsgericht (Tribunal Constitucional Federal), que se encuentra en Karlsruhe. Es el intérprete final de la Ley Fundamental en todos los litigios. Además existen otros seis importantes tribunales nacionales (el Tribunal Federal de Justicia, el Tribunal Federal Administrativo, el Tribunal Financiero Federal, el Tribunal Federal de Trabajo, el Tribunal Federal de Asuntos Sociales y el Tribunal Federal de Patentes). Cada estado tiene una serie de tribunales encabezados por un Oberlandsgericht (Tribunal Superior del Estado).

Por lo que hemos visto, este socialista retorcidillo que es don Pasquale sólo se fija en lo que le interesa y además pretende un Consejo General del Poder Judicial de ámbito exclusivo catalán, sin posibles apelaciones a una instancia superior. Podría extenderme bastante más, pero de momento basta para desenmascarar las reiteradas falsedades del personaje. Si de verdad quisiera una España plural, debería contentarse con la que ya tenemos, que como se ha demostrado goza de amplia pluralidad en todos los sentidos. Pero no, como buen socialfascista que es —repitámoslo— no puede evitar sus demandas reiteradas, ya que siempre querrá más y la culpa nunca dejará de ser de Madrid, que es ese algo abstracto usado por los nacionalistas para evitar pronunciar la palabra España.

¡Ah, se me olvidaba! El tipo de federalismo que siempre ha propuesto Maragall, e incluso los del PSC de todos los tiempos hasta hoy mismo, es el llamado federalismo asimétrico. ¿Cómo se come eso? Fácil, ¡lo ancho para mi y lo estrecho para los demás! Creo que en este caso nos serviría la parodia de los 100 euros a repartir entre Maragall, un sindicalista y un pobre. Maragall coge 99 euros y acto seguido le dice al sindicalista: "¡Cuidado con el pobre, te está mirando mal porque quiere tu euro! Tal cual sería el federalismo asimétrico. Por supuesto, el tándem de desquiciados Mas-Junqueras quieren los 100 euros en su totalidad y al mismo tiempo abiertos de par en par los mercados españoles y europeos. 

Artículo revisado, insertado inicialmente el 15 de noviembre de 2004 en Batiburrillo de Red Liberal

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