viernes, 7 de diciembre de 2012

Alegoría de la vida eterna


No existe ningún derecho por encima del derecho a la vida. Cualquier actividad que vaya en contra de la vida humana, desde el momento de la fecundación hasta la muerte natural, es simple y llanamente un crimen horrendo, execrable.
No he podido resistirme a insertar una de las alegorías más enternecedoras que haya leído, donde unos bebés usan su "raciocinio" para discurrir acerca de la existencia de la vida eterna. O lo que ellos llaman "la vida después del parto". La alegoría me llegó en el correo de un buen amigo, si bien circula por Internet en distintas versiones, por lo que no me ha sido posible averiguar a quién cabe atribuir la idea original. Dice así:

En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés. Uno le pregunta al otro:

- ¿Tú crees en la vida después del parto?

- Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.

- ¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?

- No lo sé pero seguramente... habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.

- ¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! El cordón umbilical es por donde nos alimentamos. Yo te digo una cosa: la vida después del parto está excluida. El cordón umbilical es demasiado corto.

- Pues yo creo que debe haber algo. Y tal vez sea sólo un poco distinto a lo que estamos acostumbrados y tenemos aquí.

- Pero nadie ha vuelto nunca del más allá, después del parto. El parto es el final de la vida. Y a fin de cuentas, la vida no es más que una angustiosa existencia en la oscuridad que no lleva a nada.

- Bueno, yo no sé exactamente cómo será después del parto, pero seguro que veremos a mamá y ella nos cuidará.

- ¿Mamá? ¿Tú crees en mamá? ¿Y dónde crees tú que está ella?

- ¿Dónde? ¡En todo nuestro alrededor! En ella y a través de ella es como vivimos. Sin ella todo este mundo no existiría.

- ¡Pues yo no me lo creo! Nunca he visto a mamá, por lo tanto, es lógico que no exista.

- Bueno, pero a veces, cuando estamos en silencio, tú puedes oírla cantando o sentir cómo acaricia nuestro mundo. ¿Sabes?... Yo pienso que hay una vida real que nos espera y que ahora solamente estamos preparándonos para ella...

2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias, Candela, a mí también me lo parece. De hecho, el útero materno es el primer universo que el ser humano conoce. ¿Cuántos hay después?

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